Iker Karrera: “Mucha gente vive su vida con sueños ajenos”

Amezketa es un pueblo pequeño de Gipuzkoa dentro de lo que hoy se conoce como Parque Natural de Aralar. Situado en la falda del monte Txindoki, cuenta con muchos caseríos, unidades familiares ancestrales en los que el tiempo parece viajar más lento, las tradiciones echan firmes raíces y las cosas suelen llamarse por su nombre. Sin florituras, sin rodeos. En uno de ellos, en Lizeaga, nació en 1974 Iker Karrera. Una época incierta, de cambio de régimen y privaciones, en un entorno duro. Sus padres vivían de la ganadería, concretamente de las vacas, y siempre había tareas para él y sus tres hermanos. No importaba que fueran niños o adolescentes. O que fuera árduo. Correr por el monte y ayudar en casa fue algo casi cotidiano, natural, pero todo eso no le impidió estudiar la carrera de Ingeniero Técnico Agrícola en Explotaciones Agropecuarias en Iruña.

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No soy nadie para decirlo, pero creo que todo esto ayuda a entender como es Iker a día de hoy: una persona franca, directa, introspectiva, a veces dura, pero noble y sincera. Algo que no abunda en una sociedad en general superflua y superficial, dada al halago fácil o a lo políticamente correcto. Iker es serio, pero con un toque de humor cuando menos te lo esperas. Un deportista con personalidad e inteligencia suficiente como para ser ingeniero. Alguien al que cuesta llegar, pero cuyo interior ofrece profundidad suficiente como para no caer en los tópicos de siempre. Un reto como entrevistador y una entrevista que a su vez hace tiempo que tenía ganas de afrontar y que podéis escuchar resumida en el Ultraesports de Rac1.

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Como corredor es imposible no admirar a alguien que ha sido dos veces segundo en el UTMB o que ha ganado el Tor de Géants, la Transalpine Run, Lavaredo, Eiger… pero es la persona lo que me interesa. Lo que no se ve. Normalmente las primeras preguntas de una entrevista suelen ser de tanteo y aportan poca información, así que trato de romper el hielo con una gracia sobre que con su apellido había de acabar corriendo sí o sí por la montaña. Él me corrige con seriedad “Karrera viene de Sarrera, la entrada de los caseríos en euskera”. Entendido Iker, nada de tonterías superficiales. Contigo no. Vamos allá.

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– ¿Cuándo eras pequeño pensabas que te acabarías dedicando a correr por la montaña a este nivel? 

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– En casa, en un armario antiguo, había unas zapatillas viejas con clavos. Eran de uno de mis tíos y cuando las veía soñaba con ser atleta. Sueños de niño. No vivíamos cerca de la ciudad y con mis tres hermanos, más o menos de una edad parecida, nuestro terreno de juego era la montaña. Competíamos entre nosotros, a ver quién corría o saltaba más. Una competencia sana que nos preparaba para el futuro. Con el tiempo fue creando dentro de mi unas ganas de correr, de conseguir cosas, y cuando iba a cuidar las vacas el cronómetro siempre estaba funcionando.

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– Como corredor saltaste del asfalto a la montaña, tus tiempos levantaron expectación y en una de tus primeras ultras, la Ehunmilak, te retiraste. ¿Qué aprendiste ahí?

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– Exactamente no fue mi primera ultra, pero sí la primera importante. Fue una lección muy potente. No quiero decir cura de humildad, pero sí de poner las cosas en su sitio. Se habló mucho antes de que era el gran favorito y estas cosas… La había preparado mucho, pero me pasé de rosca, me sobreentrené y llegué quemado. Seguramente fue una de las carreras en las que más aprendí. Me retiré, pero no considero que fuera un fracaso. Fue una lección que en el futuro me sirvió de mucho. El objetivo deportivo no se consiguió, pero esa experiencia me aportó bastante.

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– ¿Se aprende más de las derrotas que de los éxitos?

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– Creo que sí. Cuando los resultados van saliendo, aunque las cosas no vayan bien, no te paras a pensar, no te paras a hacer autocrítica, no te paras a valorar. Vas encima de la ola. Cuando la ola se rompe es cuando te paras a hacer preguntas. De las buenas, de las que te ayudan a mejorar. Y para mejorar tienes que caer de vez en cuando.

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– Por lo que te conozco tienes pinta de ser muy autocrítico…

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– A veces hasta demasiado (silencio largo).

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– Hablemos de éxitos, de momento. ¿La Chamonix-Zermatt en solitario tuvo el mismo valor que ganar por ejemplo que ganar el Tor des Geants?

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– No tiene el mismo valor, porque son actividades muy distintas, pero tiene mucho valor. La Chamonix-Zermatt es en solitario y requiere un trabajo previo que el Tor o carreras ya marcadas no tienen. Tú te lo tienes que preparar y gestionar y eso te da unas cosas que las carreras no te pueden dar. A parte de eso, la espectacularidad del recorrido, el ambiente, la historia… Todo acompañó. Me sentí parte, aunque fuera muy pequeña, de esa historia y esa ruta. Eso no te lo da una carrera.

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– Te voy a hacer una confesión: casi empecé a correr por la montaña por un video en el que salías tú, en 2011, corriendo con Kilian Jornet y Miguel Heras en medio de la nieve. Pensé “yo quiero hacer eso”. ¿Qué recuerdas de ese UTMB en el que fuiste segundo? ¿Qué significó para ti?

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– (Piensa unos segundos). Es una… Fue una carrera… Yo realmente iba de tapado y me sonrió la suerte ese día. Disfruté mucho y a veces ahora me pongo a pensar y creo que mejor casi no podían salir las cosas. Solo falló una: la lesión de Miguel. Solo ese detalle. Si no hubiera sido ‘la carrera’. Esas imágenes, alguna que otra vez, cuando necesito cargar pilas, recurro a ellas.

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– ¿Sabes? Me parece muy bonito que digas esto de Miguel porque se trataba de compañeros de equipo y de amigos, pero al final eran tus rivales en una de las carreras más importantes del mundo. ¿Crees que este deporte es diferente por este tipo de cosas? 

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– A día de hoy, sí. En el futuro, no sé. Pero bueno, estamos donde y cuando estamos y aún se mantienen unos valores que en otros deportes ya no se ven. Fríamente, lo que se puede decir es que cuando se corre en equipo y en grupo, se corre más rápido. Pasó ese año y pasó en 2014. Al final es lo mismo que en ciclismo, por ejemplo. Si se quieren bajar las marcas, mejor correr en equipo.

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– Buf, UTMB del 2014… Esa llegada junto a Tòfol a Chamonix es de lo más emocionante que he vivido nunca en el trail. Yo estaba allí y le decía a todos los periodistas que llegaríais juntos. No sé porqué, pero lo tenía claro. Nadie me creía…

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– Hubo un momento en el que pensé ‘esto ya me lo conozco’, se estaba repitiendo lo del 2011. Se esperaba mucho de los americanos ese año, pero se salió muy fuerte y yo creo que psicológicamente desde el principio les reventamos. En 2011 estaba Seb Chaigneau y ese 2014 estaba Luis Alberto y tres de Salomon delante. Luis cayó, quedamos los tres y en ese momento el objetivo era individual y ver quien ganaba. Así como en 2011 se vio que Kilian era el más fuerte, en el 2014 yo sentía que François (D’Haene) tenía un punto más. Y Tòfol y yo nos estuvimos dando de ostias (rie). Yo creo que en las subidas yo andaba mejor y él en las bajadas iba más rápido. Nos fuimos adelantando hasta el final y allí me plantee que no quería que se repitiera lo del 2011, que ninguno de los dos, por estar peleándonos, se cayera del podio. Sí que competimos, pero no tensionando hasta el punto de reventar al otro. Al final, en la última subida ya tenía claro que lo mejor era entrar juntos y ya está. En mi caso volví a sentir que cuando compartes una victoria, porque para mi era una victoria, no estás dividiendo, sino multiplicando.

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– Vaya que si multiplicó. ¡Se habló más de vuestro segundo puesto que del primero!

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– Te diré una cosa, todo aquello se dio porque éramos del mismo equipo y amigos. Lo tengo claro. Si no, nos hubiéramos esprintado, literalmente. También tengo que confesar que ese año en Mallorca estuvimos los tres entrenando (Miguel Heras y Tòfol Castanyer), los tres íbamos a UTMB y comentamos que firmaríamos en ese momento que fuéramos podio y que nos daba igual el puesto que ocupáramos cada uno. Las cosas de la vida, cuando nos encontramos en esos últimos kilómetros pensé ‘estamos los tres de Salomon ¿Qué más puedo pedir?’

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– Podríamos hablar de decenas de carreras, pero me interesa especialmente la Hardrock del 2015 con Idoia e Ibai siguiéndote, tú sufriendo mucho… ¿Por qué no te retiraste?

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– No me retiré porque hubiera sido una gilipollez. Fui lesionado a esa carrera y teóricamente no debía salir, pero cuando te toca Hardrock te planteas las cosas. ¿Y si no me vuelve a tocar? Cuando estás lesionado y decides salir, retirarte es la mayor estupidez que puedes hacer, tiene que pasar algo muy muy gordo. My chip era totalmente distinto. Era terminar. Sabía que iba a estar fuera de la pelea con los primeros y que quizás al principio me iba a costar gestionar esa situación. Puede que de entrada me sintiera bien, pero a medida que pasaran los km iba a tener problemas. Era una pelea muy personal, centrada únicamente en terminar la carrera de una forma digna, y me limité a eso. Llegué a estar segundo o tercero, pero no era real, sabía que al final me iba a tocar sufrir mucho. Y así fue, terminé noveno y con todas las luces rojas encendidas, pero en ningún momento pasó por mi cabeza la retirada. Esa prueba cambió bastante mi percepción de como afrontar las carreras: muchas veces los de delante no valoramos el esfuerzo que hace el resto de corredores simplemente por terminar. Vamos a ganar y cuando no estás en la posición o los tiempos que esperas salta un interruptor, estás fuera de la carrera y te retiras. Creo que terminar una distancia de ese tipo, siempre que sea dignamente, sin arrastrarse, ya supone una victoria y merece un reconocimiento. Desde entonces no he vuelto a retirarme y si no pasa nada grave no creo que lo vuelva a hacer.

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– Hablabas de lesiones… Has pasado dos años duros, con muchos problemas físicos ¿Cómo te han afectado en lo deportivo y lo personal?

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– En lo deportivo es evidente: no han habido resultados, he tenido que bajar el pistón, ajustar el tipo de carreras y han sido dos años bastante duros. Aún no estoy al 100 por 100, pero poco a poco vamos. A nivel personal te hace replantear muchas cosas y hacerte muchas preguntas, y a veces las respuestas son duras.

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– ¿Dirías que eres duro, que se te da bien sufrir en las carreras?

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– Es duro (silencio). El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional. En una carrera tan larga es seguro que vas a tener dolores, es algo físico, natural. El sufrimiento es más mental. Si estás sufriendo mucho, mentalmente algo estás gestionando mal. Por ejemplo, el año pasado en Alpen-X sufrí mucho porque desde el primer metro estuve fuera de la carrera, en ningún momento me encontré cómodo y eso sí que durante y después te deja una muy mala sensación. Busqué salir de esas emociones negativas y creo que lo hice. Ahora intento plantear las cosas de otra manera.

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– Es curioso que me digas eso de una carrera en la que ganaste, algo que para muchos otros sería un sueño y se quedarían solo con eso… Quizás sea la diferencia entre hacer algo solo para uno mismo o también de cara a la otra gente… 

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– Eh… (silencio). No voy a criticar al resto, pero cuando te das cuenta de que estás peleando por un objetivo que no es tuyo… es complicado, sobretodo cuando las cosas vienen maldadas. En ese momento estás solo y la pelea no es algo para ti, es para alguien más y ese tercero no está para echarte una mano, lo tienes que sacar tú. Puede ser crítico que encuentres vacío, que no tengas ese algo que te ayude a superar el momento malo. Es importante ser humildes y sinceros con uno mismo, antes de la carrera y durante. ¿Para qué estoy corriendo esta carrera? ¿Cuál es mi objetivo? Y si antes no eres capaz de responder a esas preguntas, puede que luego tengas un problema…

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– Quizás el problema es que en la montaña te quedas solo, con tus virtudes y tus defectos.

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– Sí, seguro que te encontrarás solo, aunque estés acompañado. Y si no encuentras esa respuesta, ese algo, que te ayude a superar ese agujero, seguramente te caerás en un cúmulo de sensaciones negativas que hará complicado acabar la carrera.

 

– Supongo que lo importante también es que le motivación sea tuya y solo tuya. En tu caso ¿Cuál es esa motivación ahora?

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– En general es disfrutar de este deporte haciendo cosas, carreras o actividades, que me aporten algo, en recorridos que tengan algo diferente, por la historia, el trazado, el reto… Busco que mi trayectoria tenga un sentido, una mínima coherencia, y si puedo aportar algo, aportaré. Y busco mejorar: mis capacidades, mi forma de correr… Y algún día poder pensar que los años que he dedicado a esto han valido la pena.

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– ¿Buscas también conocerte a ti mismo?

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– Por supuesto. En ese proceso de mejorar, si no hubiera hecho este deporte no llegaría a conocer algunas partes de mi persona, tanto físicamente como a nivel personal.

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– ¿Y se puede saber qué has llegado a conocer a través de este deporte?

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– (Silencio). Que somos muchísimo más fuertes de lo que pensamos. Eh… En mi caso poco a poco estoy aprendiendo a no ser tan duro y exigente conmigo mismo, porque puede llegar a ser autodestructivo. Y también valorar que mis resultados no me pertenecen solo a mi, son de un equipo, de Idoia e Ibai a su manera, pero no somos nosotros solos, nunca. Y ser agradecido, pero también poner las cosas en su nivel. Al final esto de correr no tiene la importancia que pueden tener otras cosas. El que vaya a trabajar un lunes a cualquier oficio está aportando tanto o más a la sociedad que lo que nosotros aportamos. Y a veces el deporte es injusto con el resto de la sociedad. Se nos pone muy arriba cuando lo que aportamos no es tanto.

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– (Silencio)… Es verdad que es solo un deporte, pero también creo que ciertas personas le aportáis unos valores que en esta sociedad no abundan. Creo que esto es lo grande, más allá de récords o rendimiento… 

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– A ver, pero lo único que podemos aportar es plantearnos unos objetivos, intentar trabajar para conseguirlos y llevarlos a cabo. A veces lo conseguimos y a veces no. Es el valor de plantear nuestros retos, nuestros sueños, e intentar llevarlos a cabo. Ese es el valor del deporte y el trabajar para lograrlo. Quizás en lo que la gente se debería fijar es en el valor del intentar. Creo eh… creo, que muchas veces la gente nos sigue y te dice que le has inspirado, pero luego no son capaces de levantarse de la silla, ponerse las zapatillas y salir. No quiero esa gente, no quiero esos seguidores. Quiero gente que se plantee sus retos, sus objetivos, no vivir sueños en cuerpo ajeno, en el deporte y en su vida en general. Por desgracia creo que demasiada gente vive su vida con sueños ajenos.

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– Te entiendo, ¿pero no crees que también es lo más grande que te puede pasar? ¿Que tú inspires a otra persona, no a imitarte, sino a decir ‘si él hace esto, yo a mi nivel puedo hacer lo otro’? Creo que ese es vuestro gran valor como deportistas…

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– Si realmente en mi trayectoria deportivo he llegado a inspirar a alguna persona a que se plantee sus retos, sus sueños, sus objetivos y los está llevando a cabo, habrá merecido la pena.

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– (Silencio). Y… ¿a ti qué sueño te queda por cumplir?

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– Muchos todavía. No sé si llegaré a cumplirlos pero sueños hay muchos. Estamos en un momento, en un camino… En el que no sé… Seré sincero… No sé este camino cuánto tiempo durará.

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– Bueno, yo te deseo que cumplas esos sueños, que el camino dure lo máximo posible y que si no dura mucho, por lo menos seas muy feliz mientras lo recorres. Gracias Iker.

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– Muchas gracias, eskerrik asko.

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2 Comments
  • Josu Agurondo
    Responder

    Tan mákina como humilde (y siempre razonable). De lo más auténtico que os encontraréis por esos senderos. Ídolo.

    18 mayo, 2017 at 6:37 PM
  • Josep Lluís
    Responder

    Molt bona l’entrevista Sr. Jorquera…

    23 mayo, 2017 at 4:20 PM

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